CLUB ROTARIO DE GIJÓN, MEDALLA DE PLATA DE LA VILLA PROPUESTA POR EL GRUPO MUNICIPAL CIUDADANOS
El pasado mes de diciembre hizo 90 años que un grupo de personas, profesionales y empresarios muy conocidos en la ciudad, decidieron crear el Club Rotario de Gijón, como entidad integrada en Rotary International que había nacido 21 años antes en Chicago con el fin de promover la comprensión, la buena voluntad y la paz entre las naciones a través del compañerismo de las personas que en ellas ejercen actividades profesionales y empresariales, unidas en torno al ideal de servicio, la observancia de elevadas normas de ética en las actividades profesionales y empresariales, el reconocimiento del valor de toda ocupación útil y la dignificación de la propia en beneficio de la sociedad y la puesta en práctica del ideal de servicio por todos los rotarios en su vida privada, profesional y pública. Todo ello al margen de cualquier ideología religiosa, social o política, por tanto, respetándolas a todas.
En aquel Club Rotario de Gijón a todos animaba la idea de mejorar las condiciones de vida local, de contribuir a crear un mundo mejor, donde cada persona sea respetada en lo que es y como es, de promover y apoyar iniciativas de desarrollo de nuestra ciudad y de reconocimiento a aquellas personas que se habían destacado en este empeño. Hoy continúan trabajando con estos objetivos y suman ya:
- Más de 1.900 reuniones de trabajo.
- Más de 1.400 invitados asistentes a las reuniones del Club.
- Más de 400 charlas y conferencias culturales.
- Más de 1.100.000 euros en donaciones a instituciones locales y ayuda a países menos desarrollados.
Para la consecución de todo ello, el Club Rotario de Gijón no ha recibido ni solicitado nunca subvenciones o ayudas públicas. Todos los recursos proceden de los socios del club y de colaboración de personas o entidades particulares, en definitiva, de la sociedad civil de Gijón.
CONSEYU DE LA MOCEDÁ DE XIXÓN, MEDALLA DE PLATA DE LA VILLA PROPUESTA POR EL GRUPO MUNICIPAL IZQUIERDA UNIDA
El 16 de noviembre de 1995 jóvenes de diferentes entidades de nuestra ciudad fundaron la Federación de Asociaciones Juveniles de Gijón. Más conocida como Conseyu de Mocedá de Xixón y con su primera sede en el Antiguo Instituto, pronto inició su actividad centrada, en los primeros años, en la promoción del asociacionismo y la participación juvenil en la ciudad. Cómo involucrar a las jóvenes y los jóvenes en la vida política, social, económica y cultural de Gijón ha sido y sigue siendo, desde aquellos años 90, la preocupación y la ocupación fundamental de la entidad juvenil, sin cuyo impulso inicial no se entenderían programas como Abierto Hasta el Amanecer, el Intercambio de Libros de Texto, el CAISEX -primer recurso de atención sexológica para jóvenes en nuestra ciudad-, o Poesía Visual.
A lo largo de sus 22 años de historia, el Conseyu de Mocedá ha desarrollado actividades, servicios, programas e iniciativas orientados a la promoción asociativa pero también a dar respuesta a problemáticas que afectan a la juventud gijonesa. Pero sin duda hablar del Conseyu de Mocedá es hacerlo del Centro de Recursos para Jóvenes y Asociaciones, que este 2017 cumple 20 años: el primer equipamiento juvenil autogestionado por jóvenes en Gijón que desde 1997 ha dado servicio de manera ininterrumpida a los gijoneses, sirviendo de punto de encuentro del movimiento asociativo, pero también como centro municipal de referencia en una zona en la que no existen otros equipamientos municipales.
Por eso hablar del Conseyu de Mocedá es hablar también del movimiento asociativo de Gijón, del trabajo en red, del fortalecimiento del tejido social de la ciudad. Es hablar de 22 años de trabajo cooperativo.
COVADONGA SÁNCHEZ GARCÍA, MEDALLA DE PLATA DE LA VILLA PROPUESTA POR EL GRUPO MUNICIPAL PARTIDO POPULAR
Covadonga Sánchez García, más conocida como Covi Sánchez es administrativo, social media, asistente editorial y escritora española. Nacida en 1962, esta gijonesa se confiesa «locamente enamorada» de la literatura. Aunque su vocación era ser profesora, su pasión siempre fue la literatura. Quizás por esos recuerdos de su infancia, cuando recorría junto a su padre las librerías de viejo y los puestos de los rastros buscando libros antiguos y descatalogados, aprovechó el tiempo libre para realizar estudios de redacción periodística, corrección de textos y lector editorial, hasta concluir su titulación como asistente editorial.
Sin embargo, su vida sufre un giro brusco en 1993 al ser diagnosticada de la Enfermedad de Crohn. Esto la lleva a dejar de lado la literatura y dedicar su tiempo y esfuerzo (durante más de una década) a colaborar en la lucha contra la EII (Enfermedad Inflamatoria Intestinal), ayudando a otros enfermos con sus propias experiencias. Pasada esta etapa, manteniendo siempre su colaboración altruista en diferentes causas, esa vocación literaria siempre latente la lleva a fundar en 2005, junto a otros compañeros escritores, la AEN, Asociación de Escritores Noveles una entidad nacional sin ánimo de lucro precursora en España al aglutinar en una misma asociación a escritores profesionales, noveles e independientes, entidad que preside desde entonces. Al fundar esta asociación en Gijón, convierta a nuestra Villa en una referencia literaria nacional del sector del libro, en particular entre los autores noveles.
Los sucesivos congresos de escritores celebrados en la ciudad han sido un exponente fiel de la dinamización cultural y de la proyección literaria de Gijón, procurando siempre organizar un programa social que incluyera aquellos lugares más emblemáticos de la Villa.
CHARANGA VENTOLÍN, MEDALLA DE PLATA DE LA VILLA PROPUESTA POR EL GRUPO MUNICIPAL XIXÓN SÍ PUEDE
“ Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa”, decía la anarquista Enma Goldman. En Asturies tenemos el privilegio de bailar cada una de las luchas que salen a la calle. Y hasta cantarlas. La música la pone desde hace 35 años la Charanga Ventolín, siempre puntual, festiva y reivindicativa en las acciones, protestas y manifestaciones que buscan la justicia social y defienden el derecho a una vida digna.
La Charanga Ventolín desde hace más de tres décadas acompaña cada reivindicación local, social, laboral, internacional, política que transita por las calles de Asturies y particularmente de Xixón: donde su compromiso les llame y la solidaridad sea quien lleva la batuta. Desde su militancia republicana de izquierdas, la Charanga Ventolín ha estado allí donde hiciera falta: en luchas obreras, obras de teatro, con las marchas negras de hierro de Ensidesa, la marcha negra de Hunosa, por la escuela pública, contra la OTAN, el cierre de las minas, la población refugiada, el naval, en las marchas del 22 M e incluso en actos de homenaje al poeta Antonio Machado en Francia. Hasta han llegado a la gran pantalla con su participación en la película Carne de Gallina, de Javier Maqua, tienen maquetas musicales y presumen de haber participado en el homenaje a un oso con tintes republicanos.
Habrá fracasos y habrá victorias, pero una batalla de las más importantes ya la ha ganado la Charanga Ventolín: la de demostrar que el arte popular no es artesanía sino expresión colectiva que alza la voz cuando nos quieren en aislamiento y con auriculares, para no escuchar las quejas de un mundo que se pretende manejar en la soledad de los despachos. La de que la música se adelanta a la palabra y la hace más libre, más ligera y más poderosa. “
UNIÓN DEPORTIVO GIJÓN INDUSTRIAL, MEDALLA DE PLATA DE LA VILLA PROPUESTA POR EL GRUPO MUNICIPAL SOCIALISTA
El 3 de julio de 1969 ve la luz el Unión Deportivo Gijón Industrial tras aprobarse la fusión de los dos equipos de fútbol más representativos de la zona Oeste: el Club Deportivo Calzada y el Pelayo Club de Fútbol. Las dificultades económicas de ambos clubes ponían fin a una rivalidad histórica entre vecinos que alcanzaba su máxima expresión en los derbys disputados en Santa Cruz o en El Frontón, cuyas gradas se llenaban para ver los enfrentamientos entre los de Jove y los de La Calzada.
Camino de los 50 años de aquella fusión, habría que remontarse otros 50 años atrás para encontrar los primeros partidos oficiales de fútbol en la zona Oeste, fruto de la conversión de un deporte para élites sociales en un fenómeno de masas. Así, en 1924 se funda el Club Deportivo Calzada por el impulso de las sociedades populares de la época que defendían una concepción global de la cultura, de forma que el ser humano no debía cultivar solamente su espíritu, sino también su cuerpo. Durante esos años, el Calzada desarrolla una intensa actividad que se frena de manera abrupta por el estallido de la Guerra Civil.
Más de una década pasaría hasta que el Club Calzada, en 1947, retome su actividad y lo haga además con gran fuerza. Nace la otra mitad de lo que sería el Gijón Industrial, el Pelayo Club de Fútbol. Es fundado en la parroquia de Jove y, en muy poco tiempo, comienza a cosechar importantes triunfos en el campo de Santa Cruz convirtiéndose en el rival más encarnizado del Calzada. Cabe reseñar que la cantera de este club aporta importantes figuras al Sporting como Ortiz y Medina. La unión de sus fuerzas se materializa en 1969 tras duras negociaciones. El nombre elegido es el de Unión Deportivo Gijón Industrial.
El primer partido de “Indus”, como cariñosamente se conoce al club, se celebra con motivo del VII Trofeo Evaristo Lázaro en el campo de Los Fresnos contra el Deportivo Gijón.
Aunque a día de hoy la actividad del Gijón Industrial se centre en lo deportivo, el club sigue jugando un papel destacado en la zona Oeste, y no solo porque cada quince días en el campo de Santa Cruz se congreguen las “fuerzas vivas” La Calzada y alrededores. Su labor social sigue vigente, y por sus instalaciones siguen pasando niños y jóvenes que pertenecen a familias que residen en una de las zonas de Gijón donde la crisis se ha presentado con mayor crudeza. Niños y jóvenes que, como ocurriera hace un siglo, encuentran en “dar patadas a un balón” la mejor vía de escape a sus problemas.
COMPAÑÍA DE JESÚS EN GIJÓN, MEDALLA DE ORO DE LA VILLA PROPUESTA POR EL GRUPO MUNICIPAL FORO
La Compañía de Jesús se crea en el año 1540 y en la década posterior se produjeron dos intentos fallidos de crear un colegio en la capital asturiana, liderados por el entonces obispo de Oviedo, Cristobal de Rojas y Sandoval, y por el arzobispo de Sevilla, Fernando Valdés Sala. El clero de la época no quería ni oír hablar de aquellos jesuitas -a los que nombraban de forma despectiva como ‘teatinos’- que hacían de la educación bandera, y los dos proyectos se quedaron en agua de borrajas.
Se producían de esta forma en pleno siglo XVI y con una peste demoledora los primeros contactos entre Asturias y la Compañía de Jesús.
Una mujer, doña Magdalena de Ulloa, esposa de Luis de Quijada y fundadora de dos colegios, tomó la determinación de crear una escuela regida por jesuitas en Oviedo que se fundó en el año 1579 donde hoy se levanta la plaza del Fontán y con la actual Iglesia de San Isidoro como suya propia. Funcionó 188 años como escuela, noviciado y lugar de residencia de misioneros que viajaban por Asturias predicando su fe.
La Compañía de Jesús volvió a entrar con fuerza en Asturias a través de Gijón, y en 1890 se inauguró el prestigioso centro gijonés en el mismo lugar que se asienta hoy en día; aunque su trayectoria no fue fácil pues 42 años después la Compañía fue disuelta por el Gobierno de la República y sus bienes fueron incautados. El colegio se convirtió en cuartel y fue destruido durante la Guerra Civil. En 1941 regresaron los jesuitas, se reconstruyó el inmueble y el alumnado volvió a sus aulas. En Oviedo también se continuó con la labor docente en la finca Roel, el germen del actual colegio San Ignacio.
Con este cúmulo de dificultades era difícil predecir cuál iba a ser la posición de la Compañía de Jesús siglos después, con miles y miles de jóvenes pasando por sus aulas, con cientos de familias beneficiándose de su labor social, y con uno de los suyos convertido en Papa. Son miles y miles. Generaciones y generaciones las que han pasado por las aulas del Colegio de los Jesuitas en Gijón y del San Ignacio en Oviedo. A los que hay que sumar los niños y niñas que han pasado por el Hogar de San José de Gijón y el alumnado de la Escuela Profesional Revillagigedo fundada en 1929.
Este centro de formación profesional, comenzó siendo una escuela en la que los hijos de los trabajadores eran formados para los talleres e industrias del barrio fabril. Hoy cuenta con 450 alumnos pero llegó a albergar en un mismo curso a más de 800.
Y falta aún un espacio que fue clave en la historia de los jesuitas en Asturias, la Universidad Laboral, de la que se hicieron cargo durante 25 años desde su creación como Orfelinato Minero en 1952 hasta 1978.
Fue entonces, entre los sesenta y los setenta, cuando la presencia de jesuitas en Asturias fue absolutamente sobresaliente. Se unían también la parroquia de San Juan Bautista de Tremañes, que aún atienden dos jesuitas después de más de tres decenios en el barrio, y la Iglesiona, residencia de una notable comunidad. Sólo en Gijón había 100 jesuitas y hoy en toda Asturias son 38.
Y es que con el paso del tiempo, los colegios y centros gestionados por la Compañía de Jesús han ido adaptándose a los tiempos y dejando cada vez más funciones en manos de laicos. Las necesidades cambian y los centros de la Compañía de Jesús se adaptan a los tiempos. Nada tienen que ver los niños y niñas hambrientos de la postguerra, hijos de presos o de padres fusilados, que eran acogidos en el Hogar de San José, con los que hoy ocupan sus habitaciones bajo la tutela delegada por el Principado. Manuel de seis años fue el primer niño inscrito en el Hogar un 11 de febrero de 1943; el último, el pasado jueves, es un joven marroquí de 16 años.
Hace cuatro años inaugurábamos un parque dedicado al Cura Cándido Viñas, párroco de Tremañes. Fue el séptimo espacio urbano del concejo de Gijón con el nombre de un jesuita desde que a principios del siglo XX el Ayuntamiento decidió llamar San Ignacio a la calle que discurre entre las de la Reconquista y Ramón y Cajal. A ellos se unen en el callejero Isaac Montero, José María Patac, Máximo González, José Ignacio Prieto Arrizubeitia, y Federico González-Fierro Botas; además de la biblioteca del Padre Patac y del herbario del padre Laínz con representación del 90% de la flora española en el Jardín Botánico.
Décadas formando en diferentes ámbitos que no entienden de colores, razas o ideologías hace que la Compañía de Jesús y sus obras educativas y sociales en Gijón sea merecedora de este reconocimiento al cumplirse cinco siglos después de que la Compañía fundara en Asturias su primera casa.