Hoy conmemoramos los 25 años de la Escuela de Ingeniería Informática. La ingeniería española es hoy una auténtica expresión de prestigio, excelencia y buen hacer en todo el mundo. En cada escuela de Ingeniería están las mejores mentes y capacidades.
Los ingenieros constituyen un factor humano fundamental para la dirección y el desarrollo de un entramado tecnológico y de gestión productiva que abarca innumerables actividades en una sociedad cada vez más compleja, cada día más asociada a la tecnología y dependiente de ella.
Con su labor basada en el rigor, el esfuerzo y el talento contribuyen al desarrollo económico y social.
Como alcaldesa de Gijón es una gran satisfacción comprobar que una iniciativa municipal, la creación del Parque Científico y Tecnológico, ha servido de catalizador de un modelo local de innovación de referencia en Asturias y fuera de ella. Lo que hoy conocemos como la Milla del Conocimiento de Gijón, es un mosaico de infraestructuras, científicas, técnicas, sanitarias, sociales, en la que han dejado huella las administraciones públicas, las empresas privadas y los emprendedores, a través de una ilusión común: la búsqueda de la innovación con una conexión muy estrecha con la Universidad de Oviedo, favoreciendo la transferencia de tecnología y conocimiento.
La calidad de la Milla del Conocimiento se puede medir con cifras. En los últimos diez años la facturación del P.C.T se multiplicó por cincuenta con más de 130 empresas que dan empleo a más de 4.00 trabajadores y con una facturación que supera los 2.000 millones de euros. Podemos decir, sin incurrir en hipérbole, que el Parque Científico Tecnológico de Gijón constituye la expresión empresarial colectiva más original, potente y prometedora de Asturias. El P.C.T. es un fuerte imán que atrae nuevas empresas, porque el éxito llama al éxito. Las empresas TICS están presentes en el Parque y son sin duda vuestro futuro con empleo de calidad sin salir de Asturias, sin salir de Gijón.
Esto favorece que nuestras empresas sean cada vez más demandadas en el exterior, con lo que ello supone en términos de oportunidades de negocio, de crecimiento económico y de creación de empleo.
El Parque Científico ha contribuido sin duda al cambio de piel de Gijón, que ha pasado del modelo de industria pesada al modelo del chip. Las aplicaciones de la revolución tecnológica despiertan recelo en amplios sectores de la sociedad. Hay tenor a no adaptarse a los nuevos mercados. Se piensa que los robots van a sustituir a la mano de obra. Otros creen que vamos a un modelo social más caro donde el acceso a las prestaciones a través de las aplicaciones tecnológicas resulta más oneroso para el consumidor. A ello sumemos las resistencias propias de una sociedad envejecida que rechaza el mundo digital porque renuncia a entenderlo y cuando quiere aproximarse a él le dan las explicaciones en inglés. Desde la política tenemos que echar mano a dosis masivas de realismo. Ninguna ciudad, ninguna región, ninguna nación, ninguna empresa grande o pequeña, ningún trabajador autónomo, ninguna familia, ningún individuo puede permitirse el lujo de declararse objetor a las nuevas tecnologías, y por ende, a las ciudades inteligentes. Porque estoy convencida de que los avances tecnológicos tienen muchas más ventajas que inconvenientes.
Lo interesante para el futuro es que podamos formar, atraer y a ser posible retener a muchos más ingenieros en todas las especialidades, tanto en las clásicas como en las más novedosas, todas ellas promotoras de la innovación permanente. Es por ello muy importante la continua formación y es aquí donde quiero resaltar la importancia del Máster en Ingeniería Informática. Con más y mejores ingenieros competiremos mejor, atraeremos también más inversión, haremos más valioso y productivo nuestro conocimiento y con toda seguridad generaremos mayor confianza, tanto fuera como dentro de nuestra región.
Los jóvenes son nuestro futuro. Sin gente joven las ciudades no son sostenibles y no es posible tomar el relevo de las generaciones que se jubilan. La única forma de mantener el bienestar en una ciudad donde el entorno cada vez nos condiciona más, lo global, la industria 4.0, el fuerte desarrollo tecnológico y su impacto en la sociedad y en nuestra forma de relacionarnos y de consumir bienes y servicios, consistirá en lograr que la productividad de la mano de obra sea elevadísima.
Les animo a seguir trabajando para que la ingeniería informática mantenga el más alto nivel tecnológico permitiendo generar empleo cualificado y con alta capacidad para poder competir con éxito en los mercados exteriores. Hoy más que nunca es necesario poner toda nuestra energía al servicio del interés de las personas, para que se creen oportunidades de trabajo con las que devolver la ilusión en el presente y la confianza en el futuro de tantas familias que lo necesitan.
Nuestra región precisa, en definitiva, de la suma de iniciativas individuales y del esfuerzo colectivo para progresar y afrontar el futuro. Aprovechemos bien las oportunidades que se ofrecen. Nuestras capacidades y posibilidades están ahí, existen, son evidentes y el sector de la ingeniería es buena prueba de ello.