Si la cultura, como conjunto de conocimientos, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, es seña de identidad de una sociedad, estamos ante un acto que desborda con creces esta vocación cultural porque, al alto valor material de las fotografías que aquí están reunidas, la exposición que hoy inauguramos les añade un alto valor sentimental para todos los asturianos. Un valor sentimental que es compartido con todos los actos de los Centenarios de Covadonga, que se concentran en este 2018 y marcan profundamente nuestra historia.
Covadonga es el embrión, el alma y corazón de Asturias. En esa Cueva, tantas veces fotografiada, hundimos nuestras más profundas raíces como hijos de nuestra tierra. En Covadonga encontramos uno de nuestros más sólidos referentes culturales, una de nuestras más importantes señas de identidad.
Por eso la importancia de los tres centenarios, el decimotercero del Reino de Asturias y los primeros de la Santina y de los Lagos, es tan marcada. En este 2018 conmemoramos, ni más ni menos, la esencia de Asturias.
Esta exposición, que es el primero de, espero, muchos actos conmemorativos, es motivo de especial orgullo para los gijoneses. Una exposición sobre Covadonga, en el Museo Arqueológico de Oviedo, con fotografías del Museo del Pueblo de Asturias, que es la institución pública que conserva mayor número de testimonios relacionados con nuestra cuna: medallas, estampas, recuerdos o souvenires, libros y folletos, fotografías… Todo este rico fondo ha sido adquirido en los últimos veinte años.
Covadonga, su paisaje y su arquitectura, su devoción religiosa, su dimensión social y política, la emigración todo queda reflejado en esta exposición. Tengo la esperanza de que los que la visiten sepan valorar el esfuerzo de Gijón en esta labor de recuperación y difusión del patrimonio cultural, que nuestros museos municipales hacen siempre con orgullo, entrega y en beneficio de toda Asturias.
Y tengo la esperanza también, como decía al principio, de que éste sea el primero de muchas y muy relevantes actividades de conmemoración de los Centenarios.
Porque, insisto, hablamos del corazón de nuestra tierra. Covadonga es puro sentimiento de Asturias, de asturianía, de pertenencia a un todo que nos une.
Insisto, no sólo porque todos los asturianos, los que estamos aquí y los que añoran su tierra desde lejos, lo demandan; sino porque es justo para con Asturias, su historia y su corazón, que sigue latiendo con fuerza en las montañas de Covadonga.