Todo libro, cualquier libro, nos abre las puertas a campos nuevos y libres, y nos guía en ese viaje de exploración y descubrimientos que siempre es el recorrido de todo conocimiento.
Pero hay libros especiales, queridos de modo particular, que siempre nos acompañarán en la intimidad a lo largo de nuestra vida Y existen otros que suman diversas características para concluir en obras singulares, preciosas por su contenido y por su riqueza formal.
Hace poco tuvimos un libro que es un perfecto ejemplo de estas obras singulares: Líneas al Vuelo, que encierra y resume valores poco comunes.
Su autor, Francisco Crabiffosse, ha hilvanado en este trabajo la historia de la ilustración y del diseño gráfico en Asturias desde sus orígenes a mediados del siglo XIX hasta la Guerra Civil, desvelando no solo un proceso artístico, sino también el intelectual, el periodístico y el que disemina por toda nuestra geografía las virtudes de la imprenta y de todo tipo de publicaciones a lo largo de ese periodo.
El resultado, como van a comprobar con la lectura del texto y la visualización de las imágenes, no dudo que lo definirán conmigo como uno de esos estudios que dejan huella y que señalan un hito en la historiografía del arte y de la cultura asturiana.
Líneas al vuelo es un ejemplo más de la insustituible labor que desarrollan nuestros museos. En este proyecto concreto, el papel del Museo Casa Natal de Jovellanos y del Museo del Pueblo de Asturias ha sido esencial en su coordinación y en la oportunidad de permitirnos conocer una vez más la riqueza de sus colecciones, difundiendo los resultados de sus investigaciones.
A estos museos vivos, siempre al servicio de la ciudadanía, se ha unido con generosa entrega Gráficas Eujoa, a quien debemos gratitud por la edición, que viene a demostrar una vez más la calidad de nuestro sector de artes gráficas, heredero de las virtudes que ensalza este estudio.