Mis primeras palabras han de ser de agradecimiento. Agradecimiento a todas aquellas personas que han sido y son la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón, porque han motivado que toda una región se sienta orgullosa de nuestra capacidad en el conocimiento sobre la ingeniería. A lo largo y ancho del mundo, no es descabellado pensar y yo lo pienso, que hay ahora mismo una persona formada entre estas paredes que determina el devenir de un importante proyecto industrial. Y probablemente sea más de una.
Es un agradecimiento personalizado, también, en el Director de la Escuela, que durante los últimos años ha hecho una gran labor en la gestión de los estudios de la EPI y que ha demostrado con trabajo y empeño lo mucho que la Escuela puede aportar a la ciudad de Gijón y a toda Asturias.
El mundo que la Escuela veía por sus ventanas hace 40 años ya no existe. La manera en que han cambiado las disciplinas, los conocimientos técnicos a adquirir, incluso la cultura de las organizaciones a las que las personas formadas se dirigen, han cambiado a pasos agigantados.
Es vuestra labor, pero también la nuestra, adaptarnos a este mundo cambiante. Considerar los cambios como un elemento, no generador de amenazas, sino generador de infinitas posibilidades. Es nuestra misión compartida, avivar la sed de conocimiento en las personas, guiarles en el interés sobre las disciplinas científico-técnicas y avivarles la idea de que el mundo necesita de esas capacidades más que nunca, para resolver nuestros retos sociales y empresariales.
Quiero establecer un acuerdo, entre vosotros y nosotros: no nos quedaremos estáticos, no nos quedaremos inmóviles ante un mundo que avanza con velocidad. Haremos lo que esté en nuestra mano, cada uno desde la posición que nos toque, para que la flexibilidad y la adaptabilidad esté en nuestra forma de hacer las cosas, en la forma en que formamos a la gente, nuestra gente, para que tengan el conocimiento más actual posible y más ajustado a las necesidades de nuestro tiempo.
Cuando haya incertidumbre ante los cambios: nuevos grados, nuevos planes, nuevos planteamientos, en definitiva, nuevas formas de afrontarlos, tenéis que saber que en el Ayuntamiento de esta ciudad siempre encontraréis un aliado.
La colaboración entre las Administraciones y el resto de la sociedad civil tiene que ser infinita. Al fin y al cabo, de nuestro bienestar colectivo somos responsables colectivamente. Por ello, creo que debemos potenciar esa colaboración, mejorar los canales de comunicación institucional y ser capaces de entender qué necesita el otro. Si logramos construir ese tipo de sinergias, estoy segura de que lograremos afrontar nuestros retos con mucha más seguridad.
Me gusta pensar que Ayuntamiento y Escuela Politécnica de Gijón han alcanzado ese objetivo. Insisto: aquí tendréis siempre un aliado. Porque somos conscientes de que aquí está el futuro, y queremos estar con él.