En el curso del año, hay muy pocas ocasiones en las que un Alcalde o Alcaldesa, y una Corporación al completo, podamos dar un agradecimiento tan sentido, tan de corazón, como el que os damos hoy. Un agradecimiento que es tan merecido como obligado a aquellas mujeres y hombres que han dedicado gran parte de sus vidas al servicio de nuestra ciudad.
La jubilación que habéis alcanzado a lo largo de este año representa un antes y un después en la vida de cada persona; no sólo es un paso laboral, el último, sino que es la entrada en una etapa completamente nueva. En vuestro caso, además, llega tras haber sido no solo testigos, sino también participantes del desarrollo de nuestra ciudad. En vuestra condición de servidores públicos, habéis sido guardianes incansables de lo que todos y todas tenemos en la cabeza como «Gijón». Con todas sus aristas, con todas sus vertientes, en todas sus dimensiones. Vuestra contribución individual al bienestar de la ciudad se convierte en un legado colectivo, ante el que hoy os ponéis y ante el que podéis decir con orgullo que dejáis un Gijón mejor.

Por eso en estos días finales del año es tan importante para nosotros, para la Corporación, recordar y reconocer vuestra dedicación, vuestra profesionalidad y vuestro esfuerzo. Tres ingredientes que habéis puesto sobre la mesa durante, en algunos casos, más de cuatro décadas para aportar a esa receta tan difícil que es el servicio público. Son muchos años, muchos desvelos en nuestro Ayuntamiento, en las calles, en los parques y los jardines, en cada rincón de Gijón, trabajando incansablemente para construir una ciudad y unas parroquias más seguras, más cómodas para nosotros y más acogedoras para quienes nos visitan.
Cada funcionaria, cada funcionario que hoy estáis aquí tenéis una historia particular, única y exclusiva vuestra. Y es la suma de todas ellas la que ahora llamamos llegado. Vuestro legado es esa marca, muchas veces visible, palpable, en lo que el Ayuntamiento hace en y por la ciudad.
Me lo habéis escuchado muchas veces: el Ayuntamiento es la institución que la ciudadanía siente más cera y por tanto sus servidores públicos son, sois, el auténtico rostro de la Administración pública. Todos vosotros, con vuestra dedicación y sacrificio, nacidos de una vocación indiscutible, habéis encarnado este espíritu, y hoy estamos aquí para expresar nuestro agradecimiento sincero por ello.
La jubilación es solo el final de una carrera. Es el comienzo de una nueva etapa llena de oportunidades para descubrir, explorar y disfrutar. Os toca ahora aprovechar este tiempo para dedicaros a aquellas pasiones que, quizás, han estado en segundo plano durante vuestros años de servicio. A aquellas personas que, a vuestro lado, demandan más tiempo que el que podíais dedicarles. Aprovechad también este nuevo capítulo para compartir vuestra experiencia y sabiduría con las generaciones más jóvenes, sirviendo como inspiración para aquellos que están llamados a seguir vuestros pasos.
En nombre de la ciudad, de la Corporación y en el mío propio, gracias a todos y a todas por vuestra lealtad y servicio inquebrantables a Gijón. Que este sea un día de celebración y alegría, y de desearos todo lo mejor en esta etapa que afrontáis. Os echaremos de menos.