Por acuerdo de Junta de Gobierno de 8 de noviembre de 2016, decidimos otorgar el nombre de Paseo de Antonio Losada Nava, al vial peatonal que cruza el parque del cerro de Santa Catalina de Este a Oeste, entrando por la calle Camino de la Fontica y saliendo por la calle Subida al Cerro, lugar en el que hoy rendimos un sentido homenaje al práctico mayor, caballero con cédula primera del mérito naval, poseedor de la cruz de primera clase del mérito naval y de la medalla de plata de salvamento de náufragos.
Aquí, en el barrio alto de nuestra ciudad, en Cimavilla, y frente a un inmenso mar en el que dejó su impronta Antonio Losada, le rendimos homenaje esta semana. Ha pasado más de un siglo desde que se produjera el salvamento más heroico en el que Antonio se jugó la vida para rescatar a los diez tripulantes del «García número 1» que con destino a Santander vio interrumpido su rumbo de forma repentina quedando a la deriva y cubriéndose poco a poco de agua, en una noche cerrada y con una fuerte marejada. Sin pensárselo dos veces y con los marineros de guardia salió en una embarcación propia y consiguió salvar a la tripulación antes de que el barco se fuera a pique.
Gijón tenía una gran deuda con Antonio Losada, una ciudad que guardó silencio frente al reconocimiento nacional de su heroicidad. Hoy cumplimos con «uno de los mejores hijos de Gijón» como señaló la prensa asturiana.
Nuestra ciudad y su puerto fueron los puntos cardinales de su existencia, y por ello no encontramos mejor sitio que este: en lo alto de la ciudad, frente a un inmenso mar y en el barrio donde su mujer trabajó como encargada en la Fábrica de Tabacos. El reconocimiento de hoy no es comparable a las innumerables condecoraciones que recibió pero es lo mínimo que la ciudad puede devolverle a su familia.