Gijón es una ciudad que no se entiende sin el mar. Si preguntan a cualquier gijonés, les responderá que el Cantábrico es el eje vertebrador de nuestra sociedad. Por sus playas disfrutamos, en sus aguas practicamos deporte –mucho deporte–, en sus días buenos disfrutamos y en los peores hemos aprendido a convivir con él, a admirarlo y, cómo no, a respetarlo.
Por eso la celebración de la Jornada Picasso que se celebró esta mañana en El Centro de Salvamento Maritimo Jovellanos, en Veranes, tiene todo el sentido. Otra oportunidad para acoger entre nosotros a expertos y organizaciones nacionales e internacionales, como ya ocurriera el pasado febrero, durante el taller anti-incendios en buques en este mismo Centro Jovellanos, en el que participaron agentes de cinco países e instituciones tan apreciadas como Cruz Roja, los Bomberos o la Armada.
En el ámbito de la seguridad, compartir conocimientos, experiencias y técnicas es de vital importancia. Nos lo demuestran día a día los retos que estamos llamados a enfrentar en esta época que a veces parece presentar más oleaje que mar en calma. Desde la seguridad de nuestras costas hasta las mejores condiciones de nuestros navegantes; desde los rescates cada vez más eficaces hasta la prevención de accidentes que nunca conoce fin, pasando por todas aquellas medidas necesarias para prevenir las catástrofes medioambientales que pueden resultar tan dañinas.
En todas estas cuestiones inciden proyectos como el PICASSO, que bajo el aval de la Unión Europea buscan la mejora de la seguridad marítima, que es en definitiva la seguridad de todos. En Gijón tenemos experiencias en estos campos, unas veces más felices y otras más sombrías, pero en todas ellas con la seguridad de contar con grandes profesionales que han sido capaces de hacer frente a las adversidades que se les han planteado.
La labor realizada durante tantos años por Salvamento Marítimo en nuestra costa está en la más alta estima de los gijoneses, que nunca la olvidan, que siempre la reconocen y que en todo momento la tienen, la tenemos, presente. El trabajo que supone garantizar la seguridad de todos, en ocasiones tan duro que exige el sacrificio último, tiene y tendrá siempre nuestro agradecimiento más sincero. Damos las gracias no sólo por elegirnos hoy como el escenario de esta conferencia final del Proyecto PICASSO y jornada de puertas abiertas, sino por no habernos dejado nunca.