El éxito de un proyecto se mide por su vigencia. En el caso de EntreArte son ya cuatro ediciones las que impulsan esta muestra como un espacio de exhibición, pero también de pensamiento y reivindicación. Cuatro ediciones que asientan una iniciativa como lo que es; una cita ineludible. Se podrá visitar hasta el 8 de diciembre en el Palacio de Revillagigedo.
Si algo ha sido siempre esta exposición es un termómetro. Un indicador de por dónde y de qué forma fluye la cultura en nuestra ciudad. Un espacio donde encontrar preguntas y soluciones.
Este año, el título de la muestra ‘Diálogos entre colecciones: una mirada a través de las galerías de arte’, deja entrever la importancia de promover la colaboración entre los distintos agentes del mundo del arte, y ofrece al público la oportunidad de disfrutar de una muestra única y diversa que no hace sino enriquecer la escena artística de nuestra ciudad. Gijón siempre ha entendido la cultura como un nexo, como una combinación de muchos factores unidos en virtud de una difusión necesaria y estimulante. Pocos reflejos de esa vocación como EntreArte.
Para el Ayuntamiento de Gijón es un auténtico placer poder contribuir a hacer posible una muestra que refleja precisamente esa vinculación intrínseca entre lo social y lo artístico. EntreArte son muchas cosas, pero sobre todo acredita el firme compromiso que el arte contemporáneo mantiene con la igualdad y con dotar de una visibilidad merecida a brillantes artistas mujeres. Bien a través del formato expositivo o bien a través de conferencias que reivindican las contribuciones femeninas en la gestión y el coleccionismo del arte, esta iniciativa ha buscado siempre puntos de discusión y crecimiento.
Creo, honestamente, que nada mejor que actos como este para reivindicar la labor de las galerías y los espacios de cultura a la hora de difundir una obra, a la hora de dar visibilidad y dotar de tangibles al sector artístico. Es una función, la de las galerías, que encaja perfectamente en eso que llamamos hacer ciudad.
Un año más, EntreArte vuelve a deostrar hasta qué punto la colaboración entre instituciones resulta de vital importancia para el entramado artístico de una ciudad.