Hay ciudades para las que el verano es una estación más. Lugares para los que eso que se conoce como época estival son tan solo unos meses en los que se realizan actividades al aire libre en lugar de a cubierto, apenas unas cuantas semanas de calor y calma.
A lo largo de su historia, Gijón ha demostrado no figurar en ese grupo de ciudades. Para los gijoneses, el verano es una forma de entender la vida, un estado de ánimo en sí mismo. La forma en que nuestra ciudad entiende el verano es la de una felicidad innata, la de una ciudadanía echada a la calle, la de una sensación general liberadora y la de una actividad constante.
Nuestra ciudad brilla de una forma especial en estos meses porque decir verano es, en definitiva, una forma de decir Gijón.
Por eso, cuando a un gobierno le toca diseñar la programación de verano, la premisa es clara: escuchar mucho y arriesgar poco.
Tras unos años marcados por la pandemia y cierta experimentación que no terminó de conectar con la ciudadanía, creo honestamente que Gijón ha recuperado a través de este programa 2024 esa sintonía con el verano que nos define como ciudad. Desde junio hasta septiembre, nuestra ciudad será el sitio en el que estar, el lugar para disfrutar, compartir y emocionarse. Pocas cosas hay más gijonesas.
En 2024, Gijón vuelve al verano ilusionante, al verano de la música en la calle, al de los grandes conciertos internacionales. En 2024, Gijón vuelve al verano de cultura y ocio, al de un Jardín Botánico rebosante de actividad, al de una programación para todos los públicos y gustos. En 2024, Gijón vuelve al verano que siempre significó Gijón.
Lo hace con una Semana Grande más larga, con un calendario de actuaciones reconocidas y reconocibles y, sobre todo, con una convivencia entre tradición y vanguardia que es la base de cualquier avance.
Nada de esto es casual. Que Gijón tenga por fin una programación a la altura de la ciudad que es, es el resultado del gran trabajo que la concejalía de Festejos y Divertia han desarrollado en los últimos meses. Un trabajo inabarcable que involucra también a muchas otras áreas y empresas municipales. Un trabajo que es, por tanto, reflejo de un gobierno que funciona.
Quiero agradecer por ello el esfuerzo de todos aquellos que han contribuido a esta programación, algunos de los cuales me alegra ver en este acto. Desde, como decía, las áreas municipales involucradas, hasta aquellas entidades cuya colaboración resulta indispensable, equipamientos, patrocinadores y empresas que cada año no dudan a la hora de arriesgar su patrimonio por esta ciudad.
No me gustaría obviar tampoco el hecho de que dos de las productoras de mayor prestigio y proyección a nivel nacional, como son Bring The Noise y Two Monkeys, no solo mantengan su sede en Gijón, sino que no hayan dejado de contribuir a hacer esta ciudad más grande. Citas como Tsunami o Metropoli, dos festivales indispensables en el calendario de miles de personas, son el mejor reflejo de ese compromiso.
Hay sensaciones que están por encima de cualquier relato. La de un verano en Gijón solo la conoce quien la ha vivido. El verano ya está aquí y ha vuelto mejor que nunca.
Volvió el verano a Gijón. Volvió el brillo que la ciudad merece.