Terminamos la semana con la tradicional Copa de Alcaldes entre Oviedo, Gijón, Avilés y estando presente la Federación de Concejos. Este año la ciudad anfitriona ha sido Oviedo y como todos los años realizamos un intercambio de obsequios. Para esta ocasión, desde Gijón llevamos un acebo del Jardín Botánico y la Cruz de la Victoria realizada en azabache de forma exclusiva para la Copa de Alcaldes y rindiendo homenaje al MCCC aniversario del Reino de Asturias. Una pieza realizada por la Asociación Cultural Azabache Jurásico de Villaviciosa que nació con el afán de defender y poner en valor nuestro azabache auténtico, que forma parte de nuestra cultura y de nuestra tierra asturiana.
Este año 2018 que termina ha estado marcado por los aniversarios de hitos históricos que marcaron nuestra tierra. Además, por supuesto, de los Centenarios de Asturias, me refiero a la Constitución española, de cuya entrada en vigor se cumplen precisamente mañana, 29 de diciembre, 40 años.
La Constitución es un marco democrático de convivencia que nos ha permitido, a lo largo de estas cuatro décadas, desarrollar una sociedad libre, plural, más justa, más igualitaria y, en definitiva, mejor. Un marco que ha aceptado das las corrientes políticas propias de una democracia moderna; y que ha impedido, con todos los medios de los que dispone, aquellas otras fuerzas que fuera de la ley, mediante la violencia –de todo tipo– o cualquier otro medio ilícito, han intentado derribar ese marco de paz y libertad que los españoles nos dimos en 1978.
La autonomía local, reconocida en la propia Constitución, es una gran herramienta al servicio de la ciudadanía, de la que emanan los poderes del Estado. Reivindicarla sin fisuras no está reñido con el mantenimiento de la lealtad institucional y la colaboración entre Administraciones, que se hace imprescindible para alcanzar entre todos los objetivos colectivos de bienestar, justicia social y calidad de vida. Esa autonomía nos permite, a quienes tenemos la responsabilidad de ejercerla, desarrollar las políticas más próximas, más accesibles y más importantes para quienes nos eligen. Y además, dados los tiempos que corren, debemos hacerlo buscando los máximos consensos, los acuerdos más amplios y las soluciones más transversales. Ese es el mandato que hemos recibido todas aquellas Corporaciones, muchas de las que estamos aquí hoy, en las que el gobierno se ejerce en minoría. Nuestro deber, porque así lo ha querido la ciudadanía, es llegar a esos acuerdos y generar una concordia, al menos, similar a la que hace 40 años alcanzamos todos.
Este mandato que termina ha sido, por tanto, un ejercicio de aprendizaje para muchos de nosotros. Los Ayuntamientos hemos sido los primeros en poner en marcha esa actitud de diálogo y acuerdo que falta en otros niveles de la Administración. Mi deseo para el año próximo no es otro que ser capaces de ampliar ese modelo y aspirar a que en nuestras ciudades, en nuestro Principado de Asturias y en nuestra España, quepamos todos.