Seguiremos indagando en todas las cuestiones que puedan suponer una vulnerabilidad para la playa de San Lorenzo.
No escatimaremos en medios para saber de dónde procede el carbón que aparece en la playa, y aunque todos los técnicos apuntan a que es carbón sedimentado, estratificado y almacenado en diversas capas de arena proveniente del Castillo de Salas, debemos disipar las dudas de aquel sector de la población que piensa que llega del movimiento de graneles de El Musel. Lo que está claro es que ese carbón es inerte y no supone ningún riesgo de salud ni medioambiental, pero así todo daña la imagen de la playa tanto para ciudadanos como para turistas.
Es por ello que ayer me puse en contacto con la Autoridad Portuaria para iniciar nuevos estudios. Como sabéis el último estudio encargado al INCAR no fue concluyente al no contar el Instituto Nacional del Carbón con una muestra del carbón del Castillo de Salas.
Vamos a persistir en lo que consideramos nuestra obligación porque tenemos que proteger la playa de forma rigurosa, técnica y científica.