Hoy asistí al acto del 25 aniversario de la inauguración del Centro Comercial Los Fresnos, un centro de trabajo y consumo, que supone medio millar de empleos y millones de actos de compra cada año a través de los cuales los gijoneses se aprovisionan de todo lo que necesitan para vivir.
El trabajo es la principal preocupación de españoles y asturianos. Hay una especial sensibilidad hacia cualquier iniciativa que comporte la creación de empleo. Pues bien, pocas actuaciones empresariales absorben tanta mano de obra como las relacionadas con la creación de hipermercados, grandes superficies y supermercados. Unos puestos de trabajo que no son efímeros, que tienen voluntad de permanecer en el tiempo, como lo podemos comprobar hoy en Los Fresnos, que tiene el mismo atractivo para el público que hace 25 años y por eso trabajan cientos de personas.
Los hipermercados cambiaron los hábitos de la gente y también el paisaje de las ciudades. Me apresuro a decir que los cambiaron para bien, dando más libertad a las personas, acercando los precios a las posibilidades de las familias menos favorecidas, creando empleo y haciendo ciudad. ¿Cómo estaba esta zona de Gijón hace treinta años? El cambio es espectacular. El elemento de referencia de la mejora urbanística en El Llano es el Centro Comercial Los Fresnos, que supone un equipamiento singular, de una gran utilidad para el vecindario y un instrumento de sociabilidad que llena de vida al barrio.
Soy consciente de que hay personas o grupos que muestran hostilidad hacia ese formato de instalación comercial porque lo consideran incompatible con las tiendas pequeñas. Es una visión profundamente equivocada. Hay sitio para todos, para grandes, medianos y pequeños. En Asturias es una de las regiones donde conviven más armónicamente las instalaciones comerciales de distintos tamaños.
Los grandes centros comerciales son un elemento fundamental en la sociedad moderna, permiten planificar los consumos, ofrecen una respuesta a todos los miembros de la familia, presentan la ventaja de ofrecer muchas mercancías sin tener que desplazarse a otros establecimientos y son muy populares en la sociedad que los acoge. Si sometiéramos a referéndum los hipermercados veríamos cómo todas las ciudades los quieren, como no hay una gran superficie que sea rechazada después de dar servicio durante años a una comarca.
En el Centro Comercial Los Fresnos se complementan setenta tiendas distintas con un hipermercado. Ese conglomerado de oferta, en el que la suma de marcas y de iniciativas empresariales colabora mancomunadamente para atraer al público es el camino a seguir.
En todas las sociedades avanzadas el verdadero yacimiento de empleo se da en el sector servicios. Si queremos aumentar la empleabilidad en Asturias hay que facilitar y propiciar estas iniciativas empresariales.
Estoy en contra de hacer la vida difícil para aquellos que crean empleo. Al contrario, si queremos pleno empleo en Gijón hay que facilitar el desempeño de aquellos que arriesgan su dinero y lo invierten para generar riqueza.
No tiene sentido aumentar artificialmente los costes de sus actividades. Otros ayuntamientos se aprovecharían de esa práctica y captarían las inversiones que se harán en el futuro en Asturias.
Deseo fervientemente que dentro de otros veinticinco años, en el año 2042, el que sea entonces alcalde o alcaldesa de Gijón tenga la oportunidad de glosar los cincuenta años del Centro Comercial Los Fresnos, por el bien y la prosperidad de El Llano, de Gijón y de Asturias.