Un año más nos reunimos para rendir el más sincero homenaje a las trabajadoras y trabajadores municipales que han llegado a la jubilación a lo largo de los doce últimos meses. Un homenaje trufado de un sincero agradecimiento por la profesionalidad, el esfuerzo, la dedicación y la entereza con la que durante vuestra carrera profesional habéis desempeñado las funciones que os correspondieran dentro de este Ayuntamiento que es y siempre será, vuestra casa.
Max Weber, padre de la teoría moderna del estado, escribió que sólo una Administración eficaz legitima el monopolio del poder del Estado democrático. Es decir, sólo en la medida en la que ejerzamos bien ese poder, es legítimo que lo tengamos. En nuestro estado de derecho constitucional, que acaba de cumplir los cuarenta años, sois vosotros, los trabajadores de lo público, los funcionarios, quienes garantizáis la neutralidad y la eficacia de toda esta maquinaria que está al servicio del interés general.
La ciudadanía, a través de las encuestas de satisfacción que realizamos, vienen confirmando desde la primera vez que se hicieron en 2007 que vuestra atención en las Oficinas al público es sobresaliente, sin descender jamás, y generando un sentimiento de acogida incomparable, particularmente destacado por los propios ciudadanos en vuestra amabilidad y en el tiempo que dedicáis a los usuarios. A esta faceta de cara al público se suma el incansable trabajo de las divisiones internas del Ayuntamiento, empresas municipales y demás organismos que a diario, y fuera de los focos, mejoráis con vuestra labor la vida de todos los gijoneses.
A quienes nos dejáis este año sólo puedo, por tanto, felicitaros por el trabajo tan brillantemente realizado, y desearos lo mejor para el merecido período de descanso que ahora iniciáis. Todo ello, insisto, con el agradecimiento que hago extensivo a todos los funcionarios y trabajadores municipales, jubilados y en activo.
Mi agradecimiento como alcaldesa es tan profundo como el orgullo que siento al haber dirigido durante ocho años esta Administración, que ha dado respuesta a través de vosotras y vosotros a grandísimos retos, sin perder nunca el pulso, el tesón y la vocación de servicio que siempre os han acompañado. Mi orgullo es haber capitaneado un barco que, con la mejor tripulación, ha sabido navegar en un tiempo difícil, y que seguirá, no me cabe la menor duda, haciéndolo en el futuro. A todos gracias por vuestra labor, gracias infinitas, y la mejor de las suertes.