El Parador de Gijón cumple el cincuenta aniversario de su inauguración. Medio siglo que le ha servido para consolidarse como uno de los referentes en alojamientos turísticos de Gijón, combinando la tradición de los Paradores nacionales con la innovación y la calidad de los que puede hacer gala.
El de Gijón se une a otros Paradores que también cumplen cinco décadas, como el de Zamora o el de Alcañiz, y se enmarca en el año del 90 aniversario de la inauguración del primero de todos, en Gredos. Desde que en 1910 el Gobierno de Canalejas estableciera la Comisaría Regia de Turismo, han sido muchas las adversidades a las que este proyecto, de innegable carácter público, ha tenido que hacer frente. Sin embargo, hoy seguimos contando con la red de Paradores como uno de los grandes activos del sector público de nuestro país.
Para ciudades como Gijón, el impulso a la calidad del turismo es esencial. Ya lo fue entonces, y lo sigue siendo ahora. Ofrecer a nuestros visitantes la oferta más variada, y de más calidad, es imprescindible para seguir batiendo las cifras récord de visitantes, seguir generando empleos y riqueza, y seguir ofreciendo las maravillas de nuestra tierra a quienes no tienen la suerte de disfrutarlas cada día. Los poderes públicos, en este caso tanto el Ayuntamiento de Gijón como el Principado de Asturias, lo hemos entendido, y apostamos sin reparos en la mejora incesante de este sector tan esencial para nuestra economía.
Indudablemente debemos hacer frente a retos como la desestacionalización, la gestión aún más eficaz de los servicios públicos, o la oferta de actividades de todo tipo a quienes nos visitan. Ya lo haceos, y seguiremos por ese camino. Para todo ello es necesario contar con una estructura hostelera fuerte y consolidada, y desde luego, el Parador de Gijón siempre ha contribuido a ello.
Dentro de nuestro carácter asturiano está el ser hospitalarios; lo dicen todos aquellos que nos conocen bien. Por ello, gracias a Paradores por su respaldo a nuestra hospitalidad gijonesa, muchísimas felicidades por estos cincuenta años, y los mejores deseos para los próximos cincuenta, que sin duda serán aún mejores