Es para mí un honor y una alta responsabilidad asumir nuevamente la Alcaldía de Gijón. Soy consciente de las dificultades que representa desempeñar este cargo en el mandato que hoy se inaugura. El abanico de fuerzas políticas se ha ampliado, lo que origina una Corporación más compleja, y más alejada de las mayorías absolutas.

En el Ayuntamiento de Gijón sólo hubo dos mandatos de mayoría absoluta. La situación ahora es la inversa, con una Corporación municipal fragmentada que nos pone ante dos opciones: o logramos asentar un alto nivel de negociación o provocaremos el colapso de la institución.

Tenemos que olvidarnos de los discursos electorales, muy propicios para las críticas acerbas. Ahora estamos ante una realidad distinta a la del pasado; para gobernar el Ayuntamiento la única herramienta es el diálogo permanente entre los grupos.

 

Estamos abocados a ello. Crear una atmósfera que propicie acuerdos supone acudir al diálogo con voluntad de integrar, y para integrar otras propuestas hay que ceder. Hay que saber renunciar.

Soy consciente que quien más tiene que arriesgar es el equipo de gobierno. Lo haremos. Estamos dispuestos a asumir planteamientos distintos al nuestro si favorecen a la ciudadanía gijonesa.

No nos importa la paternidad o maternidad de las ideas, sólo nos interesa el objetivo de las mismas. No aspiramos a colgarnos medallas, me resultará indiferente si lo hacen otros grupos, con tal de que nos permitan avanzar.

El Ayuntamiento está para resolver los problemas de la comunidad, no para crearlos. Si hacemos política desde las trincheras de partido no progresará la ciudad.

Partimos de las mismas prioridades, porque todos hemos dicho que el fomento del empleo y las prestaciones sociales deben ser ejes de un mandato que empieza bajo los efectos de una larga crisis económica que no hemos dejado atrás.

Podemos abrir polémicas bizantinas buscando matices diferenciales, pero todo el mundo sabe que asumimos los mismos retos, tenemos las mismas limitaciones y debemos trabajar por los mismos objetivos.

Queremos dedicar los máximos recursos posibles para el empleo. Reitero que en empleo, como en cualquier otra actividad, tenemos una actitud totalmente receptiva ante otras propuestas.

El empleo se puede crear de una manera directa desde la estructura municipal, pero sobre todo colaborando a la reactivación económica. Hablaremos con todos los agentes sociales sobre ello, sin exclusiones.

Una de las circunstancias que colaboran al drama de las personas desempleadas es su aislamiento social. No ven formas de contactar con los empleadores. El Ayuntamiento va a jugar ese papel.

Espero que todos nos unamos para exigir al resto de Administraciones los recursos que nos corresponden. Gijón merece un nivel de recursos en consonancia con su población.

Siete años de crisis económica han dejado en carne viva a muchas familias y a muchos ciudadanos que viven solos. Pase lo que pase en el futuro, el Ayuntamiento de Gijón debe blindar el gasto social. Las ayudas para la emergencia social, el Plan para los Mayores, la teleasistencia, las becas comedor, el apoyo para los alquileres de vivienda y para las personas que están en riesgo de perderla, y la atención a la infancia serán motivo de atención prioritaria.

 

También tendremos que tomar decisiones sobre el Plan General de Ordenación. Añadir más retrasos a los ya acumulados por errores del pasado supondría paralizar la ciudad.

Todo es opinable, menos volver a la casilla de salida. Aspiro a que el Plan General de Ordenación no sea el “Plan de FORO”, sino el plan de esta Corporación. Repito: discutámoslo todo, pero con buena voluntad.

No quiero omitir la referencia al gran patrimonio que representan las empresas del Ayuntamiento. Nunca renunciaremos a su carácter público.

Vamos a gobernar con honradez, como hemos hecho hasta ahora. El Ayuntamiento maneja un volumen considerable de recursos y ese dinero es sagrado. Lo pone la ciudadanía gijonesa y debe redundar en ella.

Les invito a trabajar juntos en los próximos cuatro años en todos los asuntos que nos competen, la mayoría no son de izquierda ni de derecha, ni de este concejal ni del otro, sino que afectan a la ciudadanía de Gijón con independencia de su adscripción política o ideológica.