Hoy ha sido un día importante porque acudimos en Deva a la puesta en funcionamiento de un proyecto de integración social que se ubica en Gijón, pero en un edifico de mayor ocupación, garantizando el poder acoger a más usuarios y seguir desarrollando el trabajo en las mejores condiciones posibles.
El proyecto “La Santina” está avalado por una de organizaciones más reconocidas por su labor solidaria en la lucha y recuperación del problema del acoholismo, como es Cáritas Asturias. Una organización que ha calado en nuestra región de forma contundente, y aún con más fuerza en nuestra ciudad, en Gijón.
La adicción a sustancias nocivas es una de las lacras sociales de nuestro tiempo y muchas familias se ven afectadas por este problema sin conocer cómo enfrentarse a la situación. Cáritas Asturias lleva 20 años ofreciendo ayuda especializada por medio de sus terapeutas y voluntarios, no sólo a la persona afectada, sino también a sus familias y en su ámbito laboral.
Desde el Ayuntamiento estamos plenamente concienciados con estos problemas, y el constante aumento de las partidas presupuestarias en el área de Bienestar Social deja claras cuáles son nuestras prioridades actuales.
Desde las instituciones públicas hemos de velar en todo momento por el cuidado de la salud de nuestros ciudadanos. Una labor en la que sin duda alguna recibimos una gran ayuda por parte de organizaciones como Cáritas Asturias. A lo largo de estos 20 años habéis atendido a miles de personas que han decidido poner fin a su adicción y habéis demostrado sobradamente esa fortaleza que os hace ir creciendo año a año para incorporar nuevos programas y tratamientos que se adapten a la realidad de cada época. Vuestra mayor seña de identidad es la ayuda al alcohólico mediante el fortalecimiento de su autoestima, poniendo en alza el valor que tiene como persona hasta lograr que abandone la adicción y que se reincorpore a la sociedad.
Quiero felicitar a todos los integrantes de Cáritas Asturias por el trabajo diario que realizan. A la Comunidad de los Capuchinos, a los miembros del Programa Personas sin Hogar, a los técnicos de la comunidad terapéutica, a los voluntarios, a las parroquias de Asturias y los responsables de Cáritas Diocesana. Porque poco a poco, a lo largo de los años, habéis dado forma a una entidad con nombre propio, un proyecto del que hoy debemos sentirnos orgullosos porque ha devuelto, y seguirá devolviendo, la dignidad a muchas personas.
No dejaremos de agradeceros el trabajo que hacéis a favor de la sociedad.