Una de las cosas que más sorprende cuando recorres con Carmen cualquier punto de Gijón, es su entrega. Se vuelca con cada persona que se acerca a saludarla. Tras muchos años de dedicación a la Medicina, muchos la conocen por haber atendido a un familiar, o incluso a ellos mismos.

Algunos la felicitan por haber dado este paso tan importante para ella y para la ciudad. Otros simplemente la saludan o la abrazan mientras entrecruzan miradas cómplices. No necesitan decir nada, en esos pequeños gestos queda patente el aprecio que los ciudadanos de Gijón sienten hacia ella.

No le da excesiva importancia a los halagos, ni cuando le hablan de grandes resultados. Ella prefiere marcar su ritmo sosegado y lo transmite al resto de su equipo. A diferencia de muchos políticos, escucha  realmente todo lo que le cuentan. Presta atención a cada palabra que se le transmite, a cada petición, a todos los problemas, sean del tipo que sea. Después, con su grupo de trabajo, los analiza y los interioriza haciéndolos suyos. Todo cuenta y las aportaciones que constantemente le hacen llegar, siempre son tenidas en cuenta.

Es una mujer que en cada jornada vive el constante desafío de su profesión, donde la dualidad más extrema forma parte del día a día.

Por eso cuando la gente la reconoce por la calle, es emocionante sentir que para muchos, ella ha tocado en algún momento sus vidas. Es fácil distinguir cuando una persona se encuentra cómoda entre sus paisanos. Por eso animo desde aquí a todos mis convecinos a acercarse a Carmen, a contarle cómo viven su día a día en Gijón. Siempre serán bienvenidas las sugerencias, las buenas ideas, y cómo no, las críticas, porque de ellas se aprende mucho más que de las alabanzas.

Todo lo que está ocurriendo en los últimos meses en Asturias nos hace sentir que estamos viviendo un momento único. Y lo que es más asombroso todavía, somos muchos los que sintiendo la necesidad imperiosa del cambio, hemos pensado que nosotros también podíamos formar parte de esa transformación.

Cada vez me encuentro con más gijoneses que, al igual que Carmen, han sentido que éste era el momento. Profesionales de todos los ámbitos, trabajadores y parados, jubilados o amas de casa, que sin haber pertenecido nunca a un partido político, se han unido para formar una base sólida, sobre la que construir un futuro digno para nuestra región. Foro Asturias no es sólo un nombre, y su logotipo es fiel reflejo de lo que somos, hombres y mujeres que arrimamos el hombro, apoyándonos unos en otros, como una piña, una ola de cambio que avanza tranquila, pero imparable.